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viernes, 7 de marzo de 2008

¡SALVE GUATEMALA!, Miguel Ángel Asturias



¡Salve, Guatemala del anhelo y de las alas rubias,

Dos veces extraída del amor!
¡Salve, Guatemala del no callado musical silencio!
¡Salve, mano del Bien!
¡Salve, mano de Dios!
Puertas son las espaldas. No veas extramuros.
Puertas de hueso y carne a la entrada del mundo,
En la ciudad del grito, donde se lustran las botas
Con sangre, militares de muerte.
¡No veas! Las espaldas del hombre encadenado
Oculten la visión de las cárceles llenas, los muros
Fusilados, los caminos huyendo, pavoridos...
¡No veas, lo que fue ameno entre campos de flores,
Fiesta del poderío del hombre ciudadano,
Hoy convertido en yugo, picota y sacristía!
¡Ciégate la ventura de no ver
Y deja que nosotros no apartemos los ojos
De ti que eres esposa, madre, hija, doncella,
hoy vendida al extraño! ¡Oh castigo! ¡Castigo!
Nadie mueve los labios y todos ven incrédulos,
Ver de día y de noche, lo que, Patria, no veas,
Al gran filibustero morder los onomásticos
De tus senos granudos de tierra cariñosa,
Huesudo y carnicero, y a los que te vendieron
Cuidar que no interrumpa ninguno el festín de oro.

Sople el viento la antorcha de colores
Que pinta con su luz tu firmamento,
La noche oculte el día para siempre,
El gran filibustero con ojos animales
Devora intimidades de la Patria,
La palpa igual que un pelotero
Y la aguija para que de vergüenza
Se desmaye en su brazos...

¿Por qué Dios es tan malo que no se apaga el cielo?
Sálgase el mar y barra con la tierra y los lagos
Tanta dulzura, tanta riqueza acumulada,
Un terremoto acabe con todo para siempre,
El gran filibustero, baboso de tabaco,
Taladra con su idioma trepidante
El oído de aroma de la Patria,
Que ya no tiene nombre...
¿Por qué Dios es tan malo que no se apaga el cielo?

No hay tiempo en las arenas
De las esclavitudes.
En las hojas, hay tiempo,
En las ramas, los troncos y raíces,
Hay ese tiempo vivo que es del que vive el hombre
Y el que la Patria un día tenía en sus relojes,
Hoy el filibustero le cuenta las jornadas
Para que satisfaga su ambición de pirata...

¡Oh tardanza del fuego, del huracán y el rayo!
¡Patria con su cintura de bisagra quebrada!
¿Qué otro atributo el suyo que su esbeltez?
¿Qué otro atributo, en alto, que el cántaro con agua?
¿Qué borceguí mas fino que la piel de su planta?
¡Salid filudas llamas y degollad cosechas!
¡Hay que incendiar la tierra contra el filibustero!
No es un mito el veneno que adormece y enjuta,
Las cadenas de hielo, el vinagre en la esponja...

¡Poblad de muerte el tiempo!
¡Poblad de muerte el mundo!
¡Ni una isla de vida!
¡Ni una isla de sueño!
¡La patria fue vendida al gran filibustero!

Los árboles se duermen en invierno.
Así la Patria duerma, mientras ellos imperen,
El gran filibustero y los mil cancerberos,
Así la Patria duerma, mientras ellos dominen,
Así la Patria duerma en espera del día
En que habrá que decir a las estrellas, brillen,
A las guas reflejen la alegría sonora
De la cara del cielo, y a los muertos despierten
Que ha llegado la hora del hogar sin verdugos,
De la vida sin miedos, de la tierra sin amos,
De la siembra y cosecha de los preciosos granos,
El día venturoso de abrir los brazos todos
Para echarnos al cuello de la patria querida
Y decirle con lluvia de júbilo en los ojos,
Estás entre tus hijos,
Y ellos están contigo.

Miguel Ángel Asturias,
Guatemala